domingo, 2 de mayo de 2010

Las lecciones del volcán de Islandia

Ya todos estarán al tanto de la erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia, que desde el viernes 16 de abril dejó a millones de personas varadas en aeropuertos de todo el mundo.


Mucho se ha hablado sobre el impacto que tuvo este fenómeno natural, no sólo en la movilidad aérea sino también en el medio ambiente y en las concepciones culturales que teníamos hasta el momento. Y, ahora que los vuelos comienzan a reanudarse y todo empieza a volver a su lugar, podemos resumir algunas conclusiones de lo que marcó el volcán en este 2010.

Una lección para los escépticos del clima

La erupción del volcán fue, en primer lugar, una prueba del impacto que los seres humanos están teniendo en el planeta. Como lo explica The Guardian, hasta el momento muchos escépticos del cambio climático aseguraban que las erupciones de los volcanes y fenómenos naturales eran más contaminantes que las emisiones producidas por los seres humanos.

Pero el Eyjafjallajökull permitió medir estas emisiones y datos de diferentes fuentes demostraron que las emisiones ahorradas al planeta por los vuelos cancelados en todo el mundo fueron mayores a las emitidas por el volcán, como lo demuestra en un bello gráfico Information is Beautiful.

¿Llegó el momento de impulsar el transporte en trenes?

Otra lección que dejó el volcán fue lo dependientes que se han vuelto algunos países y grupos de personas del transporte aéreo. De acuerdo a cifras de The Guardian, en Europa se realizan a diario unos 22 mil vuelos, de los cuales el 60% tuvieron que ser cancelados.

¿Los pasajeros que tenían pasajes de tren? Retornaron a sus hogares sanos y salvos sin problemas. Diversas voces en diarios, blogs y programas se preguntaron si esta no era una nueva oportunidad para empezar a impulsar y apoyar más el transporte en trenes.

Si bien esto depende más bien de la mejora de infraestructura por parte de los gobiernos, los consumidores pueden empezar a hacerlo eligiendo a este medio de transporte sobre los aviones cuando sea posible.

¿Estamos demasiado malacostumbrados a tenerlo todo, ya?

Finalmente, la desesperación de los pasajeros en todo el mundo por no poder volver a sus hogares hace pensar: el poder volar de una punta a otra del planeta en unas horas, ¿es un derecho o un privilegio?

Este tipo de fenómenos tienen que volver a hacernos pensar en cosas que damos por sentadas cuando en realidad, todavía la naturaleza puede hacer con nosotros lo que quiera.

Como dice el periodista Adam LeBor en un artículo para Guardian: "Hay algo de dicha en el triunfo de la naturaleza sobre el fino 'enchapado' de la civilización moderna. (...) Así es que, si bien reconozco el costo humano y económico de las cenizas, una parte de mí saluda al Eyjafjallajökull. Su erupción es un recuerdo saludable de quién, aún en la era de lo instantáneo, es quien dirige a la tierra. Y no somos nosotros".
http://blogs.tudiscovery.com/descubre-el-verde/2010/04/las-lecciones-del-volcan-de-islandia-sobre-emisiones-trenes-y-cambios-culturales.html

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